Hace días que una alumna me dijo que estaba preparando una sorpresa para la clase, era un secreto y no me lo podía contar, pero su mamá le estaba ayudando a hacer una caja para cuando estuviésemos tristes.
¡Y por fin llegó!
Hoy esta alumna nos ha enamorado con su caja de las sonrisas, elaborada por ella, con la ayuda de su madre. Ha traído una cajita llena de sonrisas para nuestro Rincón de las emociones.
Según nos ha contado, cuando alguien se sienta triste puede coger una sonrisa de la caja, la que más le guste y seguro que tras un momento de calma y respiración, se sentirá mucho mejor. También nos ha propuesto que estas sonrisas sean un regalo para aquellos niños o niñas que sintamos que están mal o tristes, ¡podemos regalarles una sonrisa! y seguro que se les pasa la pena. Eso sí, nos ha pedido que una vez que ya nos sintamos calmados o felices, devolvamos la sonrisa a la caja, para que no se acaben nunca.
Gracias a ella y a su mamá por este precioso recurso para el aula. Es estupendo ver como poco a poco van buscando sus estrategias para poder gestionar sus emociones.
Y, por su puesto, no hemos tardado en estrenar nuestra caja de las sonrisas ;)